Expansión urbana, apego al lugar y activismo ambiental. Caso del Cerro del Peñón del Marqués
En un esfuerzo por atender los problemas derivados de la ocupación del territorio en zonas de conservación, la población que las habita ha implementado un conjunto de acciones para paliar esta realidad social que afecta amplios contingentes de población en las zonas urbanas. Entre estas iniciativas los colectivos representan una experiencia con destacadas virtudes y una clara predilección por los residentes de las zonas periféricas de las ciudades, especialmente de aquellas concentraciones urbanas que no cuentan con reconocimiento legal en la ocupación del territorio.
Con la finalidad de enfrentar los desafíos que conlleva habitar zonas de conservación ambiental y el desarrollo urbano, frecuentemente se asocia a los habitantes locales con una conciencia de pertenencia, por la instrumentación de acciones que permitan mejorar su hábitat, asegurando que los recursos y esfuerzos cuenten con un curso de apoyo definido por la población que se encuentra en zonas excluidas o vulnerables ante los impactos medioambientales.
De esta manera en el presente trabajo se exponen algunos de los conceptos que han permitido entender los alcances que tiene la participación local en la Red Socioambiental Paraíso y Paz, en un primer momento, desde el entendimiento de que constituyen una iniciativa de la población local que busca superar los rezagos sociales, territoriales y ambientales en las zonas urbano marginales, y posteriormente para analizar el ejercicio práctico que conlleva el apego al lugar y su posterior acción en defensa del territorio.
Expansión urbana, apego al lugar y activismo ambiental
La ocupación del territorio es por definición una acción modificadora del medio ambiente y del paisaje, circunstancia que inevitablemente altera las condiciones originales de un sitio, generando nuevos escenarios que por el solo hecho de haber sido habitados son susceptibles de ser alcanzados por los distintos fenómenos que implica la expansión de asentamientos humanos y el impacto que estos tienen sobre el medio ambiente.
Actualmente el crecimiento de las ciudades, principalmente latinoamericanas, han mostrado una expansión acelerada y desordenada hacia la periferia, configurando un sistema periurbano que es una zona de transición entre lo rural y lo urbano, donde se expresa la diferenciación territorial en cuanto a las formas de apropiación y uso del espacio, en donde converge una gran diversidad de actores y que a la vez presenta una desarticulación institucional para la gestión y planeación de estos territorios. Lo anterior, es consecuencia de la expansión de la urbe hacia las zonas de transición que limitan con áreas de valor ambiental, zonas rurales o con características físicas no aptas para ser habitadas por los riesgos que implica su propia naturaleza para la vida humana.
La expansión no se muestra de manera homogénea en toda la periferia ya que depende de las características económicas y sociales de la ciudad, como su tamaño y estructura, de la presencia de barreras físicas, la ubicación de vialidades, el sistema de tenencia de la tierra, el precio del suelo, los límites políticos-administrativos, o bien, de procesos migratorios, el crecimiento de la población, entre otros. A pesar de que las causas promotoras de la peri urbanización pueden presentar distintos grados de conformación, existe inevitablemente la pérdida de zonas agrícolas y áreas de preservación ecológica demostrando que puede ser insostenible en términos de ocupación del suelo por el alto grado de impacto y degradación de servicios eco sistémicos, lo que implica la instalación de asentamientos humanos planificados, o no.
Esta manera de ocupación del territorio se da de forma fragmentada y segregada de los centros urbanos por la falta de una visión integral de la urbanización, lo que a su vez orienta a un deterioro ambiental y distribución desigual de servicios públicos básicos, ya que implica una serie de transformaciones (cambio de uso de suelo, construcción de infraestructura y equipamiento, perturbación ecológica, entre otras) que alteran las condiciones ambientales y frecuentemente propician consecuencias irreversibles a los procesos y funciones ecológicas que proveen de servicios eco sistémicos y mantienen la salud ambiental de la ciudad y el bienestar de sus habitantes.
Al ser sitios aislados genera exclusión social, por una parte, por las políticas públicas que no han detenido esta forma de expansión e incluso en ocasiones han favorecido este modelo urbano disperso, fragmentado y polarizado socioeconómicamente .
Sobre el entendimiento de varios autores que han definido los espacios periurbanos en términos de interacciones y transformaciones socioeconómicas y ambientales: Para Méndez-Lemus los espacios periurbanos son una mezcla de características rurales y urbanas; sin embargo, en el proceso de transformación al que están sujetos los transforma eventualmente en zonas predominantemente urbanas. Son territorios estratégicos y competitivos por la concurrencia de diversos actores, lo cual genera transformaciones socioeconómicas, políticas y ambientales en el territorio. Estas reestructuraciones pueden presentarse como oportunidades para los habitantes originarios de las áreas tradicionalmente rurales del periurbano, sin embargo, en la mayoría de los casos representan amenazas para los grupos desfavorecidos que no tienen la capacidad de adaptarse a los constantes cambios en los que se encuentran.
Para Larrazábal el periurbano es una zona de transición entre lo rural y urbano en la cual existe una fuerte interacción y competencia entre los subsistemas sociales y ambientales. Esto le atribuye importancia por la existencia de puntos críticos para la implementación de acciones de adaptación y mitigación que busquen la sustentabilidad. Para entender su dinámica es necesario analizar los flujos de los recursos naturales entre las ciudades y su entorno circundante. Concordando con la definición anterior, el término interfaz periurbana también considera los flujos rural-urbanos que ocurren dentro y hacia el sistema, e integra las condiciones biofísicas y socioeconómicas del periurbano. Este entendimiento de la interfaz periurbana permite identificar los puntos críticos de acción en torno a la planeación y gestión orientada hacia el futuro.
A pesar de que los habitantes de zonas periurbanas pueden llegar a ser excluidos por autoridades locales, se generan condiciones para dar respuesta a las demandas locales del entorno que habitan, debido a que la ciudad se encuentra en un contexto de crecimiento físico y de población, sumado a la creciente escasez de suelo urbano, las actuales políticas públicas que ofertan suelo y vivienda no son suficientes para atender la demanda de los sectores populares que encuentran en el mercado de suelo irregular la oferta a la que pueden acceder.
De esta forma, cuando las áreas urbanizadas se van incrustando en espacios libres conformados por suelos agrícolas o áreas naturales protegidas, por encima de las jurisdicciones político-administrativas, se intensifica la ocupación territorial y se propicia la extensión urbana hacia nuevas formas de organización socio espacial planteando una oportunidad de organizar y gestionar el territorio que ocupan. En algunos casos, los habitantes locales de estas regiones han reaccionado ante la amenaza que representa la expansión urbana para el territorio que habitan, motivados en gran medida por la escasez de las zonas naturales, que eventualmente, su desaparición, aceleraría el proceso de los problemas ambientales.
Esta idea de defensa por parte de los habitantes locales es estimulada principalmente por el vínculo emocional que tiene el individuo con su lugar de origen. Dicha percepción de apego se fundamenta sustancialmente en los sentimientos de los individuos que habitan el mismo sitio. Esta reacción personal los ha llevado a actuar en colectivo en defensa de la explotación del lugar, teniendo gran incidencia a través de actividades proambientales y motivados por la amenaza que representa el cambio climático. Esto ha sido abordado en materia sociológica por Karie Noogard , y en el aspecto psicológico por Susana Devine Wright . En el caso que abordaremos, tomaremos en cuenta los sujetos que son parte de la comunidad pero que no comparten su sentimiento o emoción que tienen al lugar, ya que este ha sido de impotencia y una eventual inacción frente a un problema de gran magnitud, en lo externo, ya que, en lo interno, deben preocuparse por cumplir con necesidades básicas, por la desconfianza en las autoridades, por la violencia constante y normalizada que limitan su posible accionar.
Esta investigación propone analizar el proceso por el que han pasado las personas que han reaccionado colectivamente de manera interna y externa al cambio climático a pesar de los problemas sociales, así como su motivación por permanecer y generar actividades proambientales en el mismo lugar. En la teoría, el apego al lugar de origen de manera local y global es sustancial, y Setha Low e Irvin Altman lo definen en “Place Attachment” como “la relación simbólica formada por personas que dan significados emocionales culturalmente compartidos a un espacio particular o porción de terreno que ofrece las bases para la comprensión individual y colectiva de la relación con el medioambiente” .
De forma interna el apego al lugar se materializa en la defensa de su territorio por medio de acciones directas por la defensa de este, a pesar de que estas puedan negociarse con las autoridades. Por otro lado, de manera externa, el apego que generan este grupo de personas se vincula con las acciones pro ambientales y un claro compromiso con el cambio climático. Bárbara Downs y Douglas Perkins mencionan que “el apego al lugar es inconsciente, hasta que hay una ruptura entre el territorio y los seres que habitan en él” .
La identidad de los habitantes influye considerablemente en la percepción que los mismos tienen con el apego al lugar y a la respuesta que tienen en colectivo a las amenazas relacionadas con el cambio climático. Devine Wright, uno de los principales autores sobre el apego al lugar señala de manera sustantiva que este tipo de análisis deben ser constructivistas, es decir, estudiar el apego al lugar de forma dinámica, por lo que a continuación mostraremos cómo la teoría nos ha guiado para el análisis de un caso real sobre el apego al lugar, derivado de la expansión urbana, para dar pauta a una respuesta a la amenaza del cambio climático.
La expansión de la urbanización en la Ciudad de México, el apego al lugar de origen y la eventual respuesta al cambio climático
La investigación se centra en una Red Socioambiental ubicada en Iztapalapa, Ciudad de México, y se fundamenta en el proceso que los ha llevado a consolidar la misma, ya que los integrantes han pasado por las etapas de expansión de urbanización, el apego al lugar y la respuesta al cambio climático. Y hemos decidido abordar este tema por que es de gran importancia para ejemplificar y promover la sustentabilidad.
De igual manera, la elección de este caso se fundamenta en el proceso de consolidación de la Red, ya que abarca las tres etapas, en la expansión urbana, debido a que algunos podrían tratar esta expansión como una invasión, pero las mismas personas que llegaron a “invadir” ahora tienen como interés proteger. Hay muchos otros casos en los que simplemente invadieron la zona para posteriormente demandar servicios básicos urbanos, pero aquí no solo se demandan servicios, se demanda también su preservación y es lo que se analizará a lo largo de este escrito. El surgimiento de diversos colectivos que tienen un apego, una identidad con el lugar por proteger y conservar, se unieron para formar la Red Socio ambiental en cuestión, ya que compartían los mismos objetivos, proteger y conservar.
Esta Red, al generar una nueva percepción hacia el medio ambiente motivada por el apego al lugar, comienza una transformación personal que se verá reflejada y materializada, no solo en la defensa de su territorio, si no en una nueva conciencia y nuevas conductas que los llevan más allá de los problemas climáticos. Con base en lo anterior, mostraremos cómo se han vinculado estas tres etapas, y el papel fundamental que juega el apego al lugar, comprendiendo las prácticas pro ambientales que los integrantes que forman parte de esta investigación han llevado a cabo, y de qué manera está presente el cambio climático en su percepción.
Este análisis estará integrado por las propuestas teóricas, que de igual manera surgen de investigaciones en enfoques principalmente sociológicos, con el objetivo de mostrar la manera en que los integrantes de la Red Socioambiental Paraíso y Paz han generado en colectivo la defensa de su territorio, así como la reforestación y el cuidado del mismo, bajo una identidad local compartida entre cada uno de ellos. Mostrar este proceso, permitirá conocer la vinculación que existe entre la expansión de la urbanización en la zona, el apego al lugar y como ha influido esto en su percepción con el cambio climático y sus accionar pro ambiental constante de los sujetos que se ha convertido en su cotidianidad.
A pesar de que el análisis se centrará sustancialmente en el apego al lugar de los integrantes de la Red, se destacarán aspectos importantes que los llevaron a ese contexto, por ello abordaremos la urbanización de la zona, y como ellos al formar parte de esta, les permitió tener una percepción diferente para poder evitar la expansión, con objetivos e ideas pro ambientales.
Caso de estudio y método de investigación
Este caso de estudio puede ser diferente al resto, ya que tiene como antecedente el interés por preservar un lugar tras comprender la amenaza que representa al medio ambiente, teniendo en cuenta las consecuencias de no hacerlo. De la misma manera puede ser un caso distinto al resto cuando se habla de la invasión de tierras por la necesidad de ocupar un lugar para habitar. Los ejemplos en el contexto mexicano son numerosos, pero el caso en particular en que nos centraremos se ubica en la Ciudad de México, en donde la expansión urbana tuvo un gran crecimiento acelerado hasta convertirse en una de las zonas metropolitanas más importantes del mundo.
El caso del Cerro del Peñón del Marqués es un claro ejemplo de la expansión urbana, por su explotación como mina y posteriormente como lugar de asentamientos humanos, a pesar del valor ambiental que tiene el cerro, ya que no solo fue reconocido por el gobierno local por ser de las pocas áreas que aún quedan intactas, sino que anteriormente fue reconocido por las personas que habitan la zona.
La motivación por proteger la zona y conservarla, surge por un sentimiento, por una identidad con el lugar que dio pie a decidir que no se siga explotando para los asentamientos humanos. Al darle una importancia al cerro no solo para preservar las áreas naturales dentro de esta gran urbe, sino también por tener identidad con el lugar los habitantes protegieron este cerro para su conservación y evitaron que se siguiera expandiendo la urbe sobre este.
Es por lo anterior, que consideramos necesario conocer a fondo la historia de ocupación del lugar y para esto nos hemos enfocado en una Red dedicada al cuidado y preservación de esta zona que se sigue consolidando a lo largo del tiempo, la Red Socioambiental Paraíso y Paz donde la mayoría de sus integrantes son vecinos y comparten el interés de preservar, con la motivación del sentimiento del lugar.
La investigación se basó en entrevistas con los integrantes de la Red Socioambiental Paraíso y Paz con el objetivo de aclarar dudas, así como recopilar material biográfico de la Red y teoría vinculada al tema. Esto nos ayudó al análisis colectivo alrededor de la situación del grupo en mención y sus integrantes con la finalidad de identificar su percepción respecto a la urbanización de la zona, así como los vínculos afectivos al lugar que los han llevado a realizar activismo ambiental.
La particularidad de esta red es la considerable identidad local que tienen los integrantes, misma que ha sido compartida y promovida con los vecinos de la zona; lo que los ha hecho participar en diversas actividades como la reforestación del Cerro del Peñón. De la misma manera, el grupo comparte el sentimiento y la percepción de mejorar su entorno a partir de acciones colectivas.
Focalizados a la parte organizativa, la Red fue estructurada por diversos colectivos que compartían objetivos diversos, y con el mismo interés socio ambiental, por lo que a su vez se conforma de manera horizontal, y se guía bajo 4 ejes: la ecología, el fortalecimiento de la comunidad local, el aprendizaje colectivo y la salud comunitaria. Esta Red también se caracteriza por una constante retroalimentación, ya que además de defender el cerro del Peñón, han desarrollado actividades alrededor del mismo, así como talleres enfocados en disciplinas proambientales como la permacultura. De igual manera, buscan el aprovechamiento de espacios para la implementación de festivales que trascienden la percepción del cuidado al medio ambiente, así como el conocimiento para darle un uso que pueda ser aprovechado por la comunidad.
Para esta investigación, entrevistamos a dos de sus integrantes, una mujer, y un hombre de 26 y 27 años respectivamente, mismos que elegimos ya que son los principales coordinadores por llevar más tiempo en la Red, así como en actividades que han ayudado a consolidar a la misma. Además de las dos entrevistas, el análisis presentado se basa en la observación para la contextualización de las respuestas presentadas en la entrevista.
El asentamiento en la zona y la formación del apego local
La investigación arrojó las características de los integrantes con más experiencia en la Red, desde la manera en cómo llegaron a la zona, hasta el fuerte apego a nivel local que transformaron a favor del medioambiente. A continuación, presentamos en este apartado la historia del asentamiento en el lugar y la percepción que los entrevistados han tenido de la misma, para posteriormente mostrar como se genero el apego al lugar de los integrantes de la Red y cómo influyó en sus acciones colectivas proambientales.
El asentamiento en la zona
En México la expansión urbana comenzó a principios del siglo XIX, lo cual ocasionó que a finales del mismo se elevarán los niveles de miseria y exclusión desde los tiempos de la colonización española. La falta de estudio y acción del Estado para dar garantía de los derechos de propiedad se consolidó y con el tiempo, la ocupación constante fue y aún es inminente, ya que la falta de conocimiento para la implementación de políticas no ha permitido comprender la complejidad que cada comunidad tenía en temas sustanciales para su funcionamiento como los aspectos culturales, de seguridad y medio ambiente.
En la Ciudad de México coexistieron cinco lagos que se fueron secando de manera artificial debido al crecimiento poblacional, pero eso no fue suficiente, pues, también se llegaron a invadir las sierras que rodean a la actual ciudad. Una de las alcaldías que rápidamente tuvo una ocupación importante de colonias populares fue Iztapalapa. Esta alcaldía cuenta con cerros de gran importancia que fueron invadidos, uno de ellos el cerro del Peñón del Marqués.
El Cerro del Peñón del Marqués tiene un valor histórico importante, desde la época prehispánica como en la colonial por ser un espacio oratorio, de conservación y como una zona estratégica de algunos movimientos armados. Actualmente alcanza un valor ambiental para todo el valle de la Ciudad de México. El cerro se encuentra ubicado en la alcaldía de Iztapalapa a un costado de una de las avenidas más importantes de la ciudad, calzada Zaragoza, atravesando las colonias Paraíso, Peñón Viejo y Santa Martha Acatitla.
El cerro del Peñón inicialmente fue utilizado como mina para extraer tezontle por lo que sufrió modificaciones físicas. Posteriormente fue invadido rodeándose de asentamientos irregulares con escasez de infraestructura para dotar a la población de servicios públicos como agua potable, electricidad y viviendas con características constructivas inestables.
Este proceso de ocupación trajo consigo que los habitantes ya establecidos en las laderas del cerro del Peñon se organizaran para hacer frente a las problemáticas que limitaban sus condiciones de habitabilidad. Primero para ser reconocidos por las autoridades ya que no contaban con certeza jurídica que les permitiera apoyarse en un sistema que garantizara tal reconocimiento y segundo, porque el proceso de transformación de esta zona en la lógica de planeación urbana genera una presión sobre estos sitios, que en ocasiones deriva en el olvido, acentuando la desconexión de estas zonas periurbanas y sus características con el resto del territorio urbano, ya que las necesidades de las poblaciones periurbanas derivadas en muy buena medida de su crecimiento, no han podido ser satisfechas con una lógica de planeación urbana que fragmenta la realidad sobre la que intervienen posibilitando no solamente la continuidad de lógicas mercantiles y especulativas en el desarrollo de áreas urbanas, sino también la localización irracional del territorio del conjunto de la sociedad, contribuyendo a seguir consolidando modelos insostenibles de producción y consumo tanto de recursos naturales escasos, como del espacio urbano.
En años más recientes también llegaron a este lugar empresas inmobiliarias que en ese momento tenían el auge en la construcción de las unidades habitacionales y edificios; el Peñón del Marqués no fue un lugar exento de este cambio que vivía la ciudad. Sin embargo, la ocupación de la zona y el intento de “organizarla” se vio limitada a programas de mejoramiento barrial con presupuestos escasos orientados a construir y reparar calles sin enlazar la problemática de la extensión de la ocupación del territorio y por consiguiente acciones desconectadas entre sí y alejadas de cualquier planteamiento con el riesgo que implica habitar la zona y su impacto con el medio ambiente.
En el caso de los habitantes de las zonas periurbanas, su prioridad posiblemente se encuentra dirigida a lograr cubrir necesidades para abastecer vivienda y servicios, dejando en segundo plano el lograr el cuidado ambiental. Sin embargo, es importante destacar que los habitantes de las zonas periurbanas tienen un contacto más estrecho con el medio ambiente porque los elementos que lo componen forman parte del entorno inmediato que habitan, por lo cual se considera que su conciencia ambiental es muy significativa.
Uno de los entrevistados como habitante de las colonias aledañas al cerro del Peñon y miembro activo del colectivo Paraíso y Paz, describe la inquietud que lo motivó a participar en acciones encaminadas a la preservación de la zona:
“La propuesta surgió en cuanto llegué a vivir ahí y subíamos al cerro constantemente, entonces en uno de esos días, estábamos unos amigos y comentábamos que cómo era posible que, siendo un lugar tan bonito, con vegetación, etc. ¿Cómo era posible que la gente lo tuviera tan descuidado? en el sentido de que había muchísima basura, había varios tiraderos clandestinos, uno de ellos muy grande, entonces nos preguntándonos eso, dijimos “deberíamos de hacer algo”. Invitar a la gente a que limpiemos, porque fue el primer problema que vimos y ya posteriormente fueron surgiendo otras cosas como la reforestación, las caminatas. Entonces sí, fue una iniciativa ciudadana de algunos vecinos que tratamos de rescatar este espacio natural.”
La integración de intereses permite una capacidad de respuesta que evidencia también el grado de deterioro y el impacto ambiental relacionado con el proceso de expansión urbana.
“… nací en este lugar y habitando desde pequeño este espacio viví la falta de áreas verdes para el sano desarrollo, aunado al contexto de violencia característico de esta zona.
Desde edad temprana tenía la motivación de que mi realidad fuera diferente, pero por falta de capacidades técnicas, recursos físicos, y carencia de un equipo con el cual desarrollar algún tipo de proyecto, me vi limitado a transformar únicamente mis acciones individuales sosteniendo la convicción de una vida más plena y en armonía con el entorno natural.
El entendimiento de saberme parte de un entorno ambiental y social, y la salud interdependiente que existe entre la salud del entorno y la salud de las comunidades humanas, me llevó a cuestionarme el tipo de salud a la que podría aspirar yo y mi familia en este contexto de contaminación y violencia.”
Con la expansión urbana llegaron los problemas que se generan por los asentamientos humanos, entre ellos la basura. La basura es un problema universal y el cerro también padecía este problema por los malos manejos de gestión de residuos sólidos, es por ello por lo que los habitantes tuvieron la iniciativa de limpiar la zona.
“Vivir en este contexto los llevó a realizar primeramente la actividad de limpieza, posteriormente a crear más actividades que tienen relación con la reforestación y por último talleres para una mejor relación socioambiental y cultural. Vivir en esta zona los llevó a formar algo dentro de ellas, buscarían algo, sin saberlo, que los conectaría con lo cual es llamado como identidad con el lugar.”
Si bien los habitantes de zonas periurbanas llegan a ser conscientes de lo que ocurre con el medio ambiente, también contribuyen con cierto grado de deterioro ya que su contacto es directo e inmediato situación que posibilita también su acción local para el cuidado y mantenimiento con iniciativas puntuales y gestionadas por ellos mismos.
“A esto también recalcamos que ya hay gente justamente de la comunidad local que es justo a la que queremos llegar pues que cada vez se van sumando, y nos hemos dado cuenta de que ya hay vecinas que, pues de que se encargan de delimitar los senderos, de limpiar de, recoger basura; hay otras vecinas que riegan algunos arbolitos, riegan algunas plantas. Hay otros vecinos pues que, ahora están financiando murales etcétera.
Si llegan bastantes personas con la intención de colaborar, ya que en sus lugares de origen digamos no encuentran cómo éstas iniciativas, entonces dieron con la iniciativa del rescate del Tepepolco y llegan con toda la intención de aprender y de compartir. Entonces en esta temporada, hemos tenido más de 40 voluntarios a lo largo de todas las jornadas, que vuelven consecutivamente en algunas otras actividades.”
La participación de los habitantes locales ha sido recibida satisfactoriamente debido a la poca, lenta o nula respuesta de autoridades:
“En cuanto a las autoridades desde nosotros nos dimos a la tarea de gestionar justamente un parque en uno de los basureros clandestinos que te comentaba, entonces desde ahí hemos estado pidiendo el apoyo planteando el proyecto y realmente el apoyo en la actual y en la anterior administración pues ha sido escaso, o sea, si ha habido una cierta respuesta, pero no como tal ya para resolver grandes cuestiones digamos.”
“Y en la parte de la respuesta ciudadana que hemos tenido, estamos viendo que de cierta forma ha surgido el hacer para que las personas volteen a ver nuevamente este territorio, lo valoren y por lo tanto lo conserven. Entonces es interesante justamente esta vinculación que estamos teniendo con la parte de la comunidad local que podemos llamar porque prácticamente estamos influyendo en todos los aspectos, estamos tratando de cada uno de los proyectos que integramos esta red pues estamos trabajando como mencionado, desde nuestras experiencias desde la parte del temascal, con el tema de la salud, desde la parte ambiental, la educación ambiental por medio de talleres, entonces estamos justamente como en esa línea de trabajo.”
Ante el deterioro ambiental por la ocupación del suelo de conservación también se ha comenzado con iniciativas que muestren la diversidad de fauna y flora en la zona.
“Si vemos como un cambio, pues desgraciadamente un deterioro en materia ambiental... pues ya acercándonos a nuestra época contemporánea y pues las especies que principalmente se encuentran en el cerro, pues es el tepozán, es el pirul y algunos otros arbustos como el tabaquillo, como el ricino, que es una especie introducida pero que ya se adaptó a esas zonas, entre otras que son de las que sobreviven los animalitos que siguen ahí presentes incluyendo los humanos.”
“Y pues de flora y fauna ese espacio ha sido históricamente dentro de su estado ambiental pues como mencionaban el era un islote, consideramos que la fauna y flora de ese islote en tiempos prehispánicos era muy diferente a la actualidad, ya que pues en la actualidad después de lo que fue la extracción minera de tezontle y basaltos a través de una empresa minera que después se fue y llegaron las inmobiliarias con todo el tema de los edificios y las unidades habitacionales pues se ha modificado bastante el entorno en ese espacio y, es curioso porque gente que llegó al inicio de, digamos, del crecimiento de la población en ese espacio pues nos relatan sus historias. Cerca del cerro hay una bajada que le dicen “la cascada”, hay un centro deportivo que se llama la cascada y yo no entendía por qué, hasta que nos comentaron que efectivamente se hacía una cascada en temporada de lluvias, este que bajaba por esa zona. También nos comentaban justamente la agricultura que se realizaba.”
Con lo anterior, se identifica el reconocimiento de la participación de los habitantes de las zonas periurbanas dentro de los espacios de residencia para resolver problemáticas en la calidad de vida en un panorama urbano contemporáneo, relacionado con la posibilidad de construir acciones encaminadas a la sustentabilidad del entorno que habitan, teniendo un grado de consciencia que permite detener, controlar y mitigar el deterioro ambiental que se vió alterado por su presencia, ya que lo pobladores se muestran susceptibles a revertir el manejo del daño que ocasiona la ocupación del cerro por sus características físicas.
La formación del apego local
El apego local, o apego al lugar de origen se fundamenta por las emociones que generan en los individuos la historia del territorio que habitan, así como las experiencias que hayan tenido desde la ocupación de la tierra y la percepción que ha generado su constante transformación. El cerro del Peñón de Marqués es un caso peculiar, se encuentra al oriente de la Ciudad de México, a un costado de la Avenida Ignacio Zaragoza, hacia la salida a Puebla. Actualmente, el cerro tiene sobre él un sin fin de viviendas que le cambiaron su paisaje drásticamente, sin embargo, este cerro guarda una historia importante. Recibido el nombre de Peñón del Marqués, debido a que en 1521 Hernán Cortés instaló su cuartel general, desde el cual planeó la conquista de México-Tenochtitlan hace cerca de 500 años que terminaría con la creación de la Nueva España y la evangelización de muchas culturas prehispánicas. Originalmente, era un islote dentro del lago de Texcoco, y eventualmente, pasó a formar parte de los terrenos libres de la ciudad, siendo víctima de la expansión de la mancha urbana en los años 60 's, y de una ocupación masiva en los 80 ‘s.
Los entrevistados son generaciones contemporáneas que devienen de los primeros pobladores al cerro del Peñón, y es en ellos en donde recaen los elementos que fortalecieron el apego al lugar, vinculados principalmente con la frecuente experiencia del acercamiento al cerro, misma que les motivaba, a pesar de la dificultad, a buscar una transformación por medio del sacrificio para transformar esa tierra que se encontraba descuidada, y por otro lado, la atractiva naturaleza que emanaba el lugar y que disfrutaban entre amigos. Para contextualizar lo anterior, retomo parte de la respuesta que ya hemos mostrado de la entrevistada:
“...subíamos al cerro constantemente, entonces en uno de esos días, estábamos unos amigos y comentábamos que cómo era posible que, siendo un lugar tan bonito, con vegetación, etc. ¿Cómo era posible que la gente lo tuviera tan descuidado? en el sentido de que había muchísima basura, había varios tiraderos clandestinos, uno de ellos muy grande, entonces nos preguntándonos eso, dijimos “deberíamos de hacer algo”. Invitar a la gente a que limpiemos, porque fue el primer problema que vimos y ya posteriormente fueron surgiendo otras cosas como la reforestación, las caminatas...”
Podemos notar como el apego a nivel local comenzó en las nuevas generaciones, ya que las anteriores, ya sea por apatía o individualismo se cegaron completamente del problema que representa el descuido de la zona. La percepción de desapego, y la nula vinculación a su entorno de la gente adulta a tenido repercusiones negativas, esto lo menciona el entrevistado:
“Dentro del espacio nos enfrentamos a una realidad, que creo que vive a nivel México y a nivel mundial. En primera, es la apatía de las personas y dentro de esa apatía hay un poquito de individualismo, pues es el no entender lo que es el bien común, lo que es trabajar por el bien común. Pues sí, efectivamente estamos implementando algunos espacios para éste vínculo sociedad-cerro digamos, sociedad-naturaleza por medio de lo que son las milpas vecinales y pues sí, nos hemos llevado la sorpresa de que de un día para otro, milpas que ya han ido creciendo mes y medio, dos meses, pues simplemente a alguien se le ocurrió la “maravillosa” idea de sacarlas, de quitarlas, sin entender quizá lo que implica esta actividad y sin entender, yo creo lo que significa la acción de hacerlo de esa manera y pues, en retos, nos enfrentamos a bastantes.”
“El cerro también ha sido parte de la mala gestión de la basura tanto de las personas como de los negocios, etc. Y es curioso ver como gente que tiene la posibilidad de estar yendo al cine, que tiene la posibilidad de estar yendo a ciertos lugares, de darse sus lujitos, pero no tiene 5, 10 pesos para darle al camión de la basura para que se lleve su basura. Entonces nos enfrentamos principalmente a eso, a la desconexión de la naturaleza, al no entendimiento de la relación que existe entre la calidad de vida humana y la calidad del ambiente que nos rodea, al vandalismo también, como mencionamos con lo de las milpas y de alguna forma es algo que estamos intentando encontrar las herramientas para que esto no suceda. Estamos en esa labor, de tejer esos lazos, también de encontrar la forma, el punto “pa' lante” para hacer que estas actividades no sobrepasen. “
Podemos notar que el desinterés no solo los ha llevado a la inacción, también en ello convergen actitudes conscientes de sacar ventaja del sacrificio a través del trabajo de la Red. Estos comportamientos pueden ser resultado de la falta de emociones que provoquen el apego local al resto de la comunidad, ya que este se fortalece y consolida principalmente por el orgullo y satisfacción de quienes transformaron el territorio, sin embargo, debemos tomar en cuenta que una mayor parte de las personas que habitan la zona llegaron por medio de una invasión territorial.
Por otro lado, como menciona el entrevistado, la Red ha tenido la intención de generar afecto y conexión con la naturaleza para crear un vínculo con la zona a través de una reforestación conjunta del cerro, un huerto comunitario, y un festival, de este último nos comentó lo siguiente:
“Ya hace dos años se realizó un festival, un festival cultural. Hubo música, danza, teatro.Este evento se llevó a cabo en unas canchas, en la vía pública. Fue bien recibido por la comunidad. Se gestiona todo, los grupos, las bandas, los talleristas. La parte de educación ambiental.
Este esfuerzo del festival fue un esfuerzo de organización conjunta de los que en ese momento formamos la red, fue trabajar por comisiones, por compromiso personal, cada uno de los que estuvimos ahí participando con nuestras comisiones pues elegimos libremente, desde el amor, el querer ver esta mejoría en el entorno. Y también mencionar que todo fue autogestionado, como las bandas, los materiales de los talleres, las mesas, las lonas. Todo lo que estábamos consiguiendo, fue autogestión. Partió desde estar dando talleres sobre ecotecnias, huertos urbanos, etc. Y pues eso, rescatar el esfuerzo que varios compañeros y compañeras hicimos para que se lograra ese festival, que este año lamentablemente se tuvo que posponer por la contingencia mundial.”
Esta decisión es sustancial para crear un nuevo paradigma local, tomando en cuenta que este tipo de acciones fortalecería el apego a través de emociones recíprocas entre los miembros de la comunidad, con la finalidad de trascender valores como el respeto, el cariño, el orgullo de pertenecer a ese lugar, y el agradecimiento a la tierra que los acogió. Así los vecinos de esta comunidad podrían mostrar posteriormente una identidad al lugar, que puedan heredar a sus hijos, ya que de acuerdo con la propuesta de Feitelson, el apego al lugar local de una comunidad se basa principalmente en la experiencia personal pasada, más que él denomina como “familiarity”, la cual genera parte de su identidad por el hecho de pertenecer a este espacio.
La Red es una generación joven que tuvo el interés por su entorno, y el apego al lugar local se ha basado en gran medida en una identidad y pertenencia al lugar, pero también en las aspiraciones hacia el futuro para la posesión del lugar, como lo menciona Feitelson “ideology”.
Al ser una zona considerablemente urbanizada, la red ha tenido que repensar el vínculo entre el estilo de vida urbano y el apego a la naturaleza, ya que el primero se contrapone con los valores que han generado para realizar actividades pro ambientales, un ejemplo claro, es la participación nula de las autoridades, como lo menciona la entrevistada:
“Se ha obtenido poca o nula ayuda por parte de las autoridades de Iztapalapa por lo que la red es autogestiva en sus recursos”
A pesar de la indignación que ha generado esto, el vínculo de los integrantes de la Red con el territorio sigue intacto, y podemos notar claramente en los datos recopilados, que la batalla que comienzan para generar un nuevo paradigma local no los ha desgastado y la energía de sus emociones por el territorio puede trascender con la historia y la experiencia a través del tiempo.
Conclusiones
El calentamiento global puede ser ocasionado por diversos factores, uno de ellos puede ser la constante expansión de nuestras ciudades y que en años anteriores ni siquiera se tomaba en cuenta que las ciudades debían ser planificadas en un contexto de calentamiento global. Actualmente se sabe que las ciudades deben ser planificadas para mitigar las acciones que se desarrollan dentro de ellas que generan el calentamiento global, pero también se deben resolver los problemas urbanos que ya existen por lo cual puede ser complejo pensar en todos lo ámbitos que enfrentan las ciudades.
Afortunadamente el problema del calentamiento global puede ser enfrentado de diversas maneras, desde acciones grandes como políticas públicas hasta acciones colectivas que buscan mejorar el entorno en el que viven. Dentro de una buena organización social se puede ir cambiando el entorno, la cultura ambiental que tenemos, es donde entran las personas que tienen interés en el activismo ambiental y que generan colectivos para cumplir sus objetivos.
La Red Socioambiental Paraíso y Paz ha sido un claro ejemplo que ha demostrado que se puede realizar activismo ambiental que tiene como propósito de mejorar su entorno, cuidarlo y preservarlo. Realizan diversas actividades para cuidar y mejorar el cerro Peñón del Marqués y al mismo tiempo están realizando acciones que ayudan a combatir el calentamiento global.
Esta Red ha demostrado que se puede cambiar el entorno, que se puede mejorar a través de la lucha y el activismo socio ambiental para preservar con lo que hace que las personas tengan identidad con el lugar y quieran mejorarlo. A pesar de las adversidades, la experiencia de los integrantes y su cultura han sido fundamentales para cumplir los objetivos. La Red Socioambiental y Paz es un ejemplo de lucha constante por consolidar sus objetivos con base en valores altruistas, que son consecuencia de la relación entre sus emociones y prácticas proambientales.
El apego por el lugar nos puede llevar por varios caminos, de perseverancia, de trabajo y esfuerzo para conseguir el cambio que buscamos, un cambio positivo. Con acciones pequeñas que van desde la integración social hasta la reforestación de una zona pueden significar mucho y lograr que los impactos signifiquen mucho en la defensa contra el calentamiento global gracias a esa identidad y apego al lugar, por lo que este mecanismo de participación colectiva, desde abajo, debería ser tomado en cuenta como una nueva estrategia, o una alternativa de adaptación frente al cambio climático.
Fuentes
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- Vieyra (Eds.), Urbanización, Sociedad y Ambiente. Experiencias en ciudades medias.
Más de una vez he soñado con que el Peñón se convierta en un mirador recreativo, lo mismo el Peñón de los Baños, son espacios con vistas privilegiadas al horizonte de esta ciudad.
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